Es evidente que la violencia está presente en nuestra sociedad, y desde nuestro centro escolar creemos que cualquier tipo de violencia debe combatirse desde los primeros años, desde la infancia. Y es aquí donde nosotros, como docentes, tenemos la responsabilidad de aportar nuestro granito de arena para sentar unas bases fundamentadas en el respeto mutuo.
Desde ese respeto mutuo, y sabiendo que todos y todas somos iguales, es desde donde hemos planteado unas actividades concretas para trabajar con nuestro alumnado. Sin perder de vista que en la práctica diaria, cada uno de nosotros y nosotras, intentamos educar a los niños y niñas en igualdad. Que por otra parte, no es una cuestión de modas, es una cuestión de principios. Y así se recoge en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Artículo 1: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.” De la misma manera que nuestra constitución apunta: “Artículo 14 de la Constitución española: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Así, en las distintas etapas y niveles educativos se han realizado las siguientes actividades.
En infantil han planteado la propuesta de “los besos consentidos”, aquellos que se dan sin obligación y a quien uno quiere, a través de los cuentos: “La provisión de besos de Zea” y “Marta no da besos”.
En el primer ciclo, el cuento trabajado ha sido “Tu cuerpo es tuyo”. Un cuento que habla del respeto a uno mismo y de los límites personales.
En el segundo ciclo se ha apostado por el deporte como medio para trabajar la igualdad, con el lema “El deporte es cosa de chicos y chicas”
Y en el tercer ciclo, los alumnos y alumnas han recogido en sus producciones el rechazo a la violencia desde un enfoque positivo. Resaltando actitudes y valores que favorecen el respeto mutuo.